"La historia de esta mujer maravillosa me llegó hace algunos años y caló profundamente mis sentidos. A causa de una grave enfermedad, cuando tenía poco más de un año, Helen perdió la vista y el oído, lo que le impidió también desarrollar el habla. Ciega, sorda y muda, encontró en la escritura un modo de comunicar como pocos y volver su historia un ejemplo de tenacidad y resistencia frente a las dificultades más duras de la vida. Siempre que aparece un obstáculo en mi vida, encuentro en ella la inspiración para seguir adelante".
Helen Adams Keller (Tuscumbia, Alabama, 27 de junio de 1880-Easton, Connecticut, 1 de junio de 1968) fue una escritora, oradora y activista política sordociega estadounidense. A la edad de diecinueve meses sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición.[1] Su incapacidad para comunicarse desde temprana edad fue muy traumática para Helen y su familia, por lo que estuvo prácticamente incontrolable durante un tiempo.[2] Cuando cumplió siete años, sus padres decidieron buscar una instructora y fue así como el Instituto Perkins para Ciegos les envió a una joven especialista, Anne Sullivan, que se encargó de su formación y logró un avance en la educación especial. Continuó viviendo a su lado hasta la muerte de esta en 1936.
Fuente: Wikipedia